Páginas

jueves, 1 de septiembre de 2011

LA GRAN METÁFORA DE LA TOMA DE LA BASTILLA

Las declaraciones y exigencias políticas de la gran dama de la Puerta del sol, son siempre insolentes, pero las de hoy reclamando una policía para expulsar de su parcela a los del 15-M; tratándoles de asaltadores de su Bastilla particular, son perversas. Esta dama liberal e ilustrada de pacotilla, pero siniestra en sus intenciones, se siente propietaria de la Comunidad de Madrid, igual que Franco, su modelo y mentor, se sintió propietario de España. Utiliza los términos de la revolución como si los hubiera leído ayer. Denigra la democracia real de los españoles cuando reclaman el fin del caciquismo, que supone mantener a ultranza la democracia formal, aunque sea estéril para los derechos del pueblo. Su sensibilidad política es nula tanto en las formas como en el fondo. Ignora que el diccionario español es muy rico para hartarnos los madrileños dedicándole epítetos que la definen perfectamente, con elegancia, discreción, cortesía y hasta educación. Un cuerpo de policía bajo el mando de esta ínclita señora, sería la solución para erradicar a estos ocupantes de su plaza. Con esta fuerza pública hecha a su medida para defender su Puerta del Sol, acabaría de un plumazo con los del 15-M, que según ella están ocupando el espacio que es de todos, de los católicos y sus comerciantes adyacentes. Y reclama que el Gobierno haga cumplir las leyes que violan con sus protestas. No hay duda de que esto lo ha aprendido de su padre fundador Fraga Iribarne, que cuando era ministro de la gobernación aseguraba con el despotismo que le caracteriza: ¡La calle es mía! Esta Mariana Pineda del siglo XXI sería una buena ministra del interior. Pero la gran paradoja es que el movimiento 15-M se ha tirado a la calle porque la democracia formal, que ella tanto vocea, no cumple con las obligaciones que el Estado tiene contraídas con el pueblo: Derecho al trabajo, a una vivienda, a que la representación democrática sea justa, no en manos de los grandes partidos, educación, sanidad y dependencia públicas, no en manos privadas. Estas perversiones de las administraciones públicas son las que el Movimiento Democracia Real ¡ya! Denuncia en la Puerta del Sol. Y la presidenta de la comunidad, que no es que represente al Estado, es que es el Estado, responde con ocurrencias y frivolidades. Si a un solo policía se le fuera la mano para aplastar la manifestación de los indignados por las políticas de personajes como Aguirre, estaríamos ante un estado fallido. Es más importante gritar su indignación en el centro de España por el fracaso de la política del Estado, que aplastar a ágoras y foros porque molestan a su señoría y a sus mercaderes vecinos. No en balde la cultísima lideresa ha mencionado la toma de la Bastilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario