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miércoles, 22 de febrero de 2012

UN PENSIONISTA INDIGNADO



Por Pedro Taracena Gil

Me asiste la suficiente fuerza moral para dirigirme a Rajoy como al más embustero de los presidentes que de España han sido. No le califico de mentiroso, porque sus mentiras van disfrazadas con artificios perversos, es decir, con embustes. Aseguró que el Gobierno socialista congeló las pensiones pero que él iba a subirlas para recuperar el poder adquisitivo. Cínicamente se apoyaba en una debilidad del PSOE para edificar su gran falacia. Cuando la inflación era superior al 2% anunció un aumento del 1% para  2012. Cuando ya se ha cobrado la pensión de enero, nos anuncia que nos sube el IRPF. En mi caso 2.07% más. Como resultado en febrero cobraré 6.51 € menos que en diciembre, mil de las antiguas pesetas. ¿Dónde está la recuperación del poder adquisitivo de las pensiones? La secuencia de esta política define perfectamente los embustes mantenidos. Más aún, la estrategia de la hipocresía. La política del Partido Popular se ha instalado hace mucho tiempo en la “vida en la mentira”, que explica Václav Havel en su libro El poder de los sin poder. El mantener que estas subidas de impuestos están justificadas por  la herencia envenenada recibida, toma parte de la misma falacia. Lamento como demócrata que hayamos dado un poder absoluto a un partido que lejos de condenar la dictadura, se jacte de la legítima herencia recibida. Homenajeando a su fundador por los méritos contraídos en la Transición. Cuando Fraga militaba bajo la máscara de demócrata. Ocultando su pasado franquista. No sólo está instalado en la “vida en la mentira”, el Gobierno y el partido que le jalea, sino sus secuaces que son muchos. Los empresarios, los especuladores, la Iglesia, casi todos los medios de comunicación y muchos políticos pertenecientes a siglas progresistas que, sin embargo aún militan bajo la amnesia de la inmodélica Transición. Los manifestantes en la calle, los parados, los sindicatos, los trabajadores de Educación y Sanidad, así como los funcionarios y los pensionistas, todos, somos los equivocados. Pero nosotros aunque nos consideren como “el enemigo”, somos partidarios de la “vida en la verdad”. No tardaremos muchos meses en contemplar cómo este edificio de la falsedad y la mentira, que el Gobierno está construyendo, caerá sobre sus cabezas. Y las víctimas seguiremos siendo el pueblo. Es lamentable que trate de predicar las bondades de sus reformas, porque están avaladas por las instituciones europeas, mundiales y hasta por Barack Obama. Todos estos personajes son lobos de su misma camada. Adoradores del mismo y único becerro de oro. Dogmáticos del pensamiento único. Especuladores, usureros y clientes asiduos y preferentes de los paraísos fiscales. Terroristas del Estado del bienestar. Rojoy se ha creído sus propias mentiras, hasta tal punto, que está convencido que ya tiene un lugar entre los grandes del mundo. Y lo que es más grave, sigue culpando a Zapatero de todo  y olvidando la dimensión de la burbuja inmobiliaria hispánica. Este señor es tan parco en reflejos que no se da cuenta de que la gente va a seguir en las calles y que la policía no está para aplastar las protestas. Mientras él gobierna como Dios manda, su vicepresidenta repite como un papagayo el misal aprendido en los maitines del Génova.

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