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domingo, 4 de marzo de 2012

"CADA OVEJA CON SU PAREJA" (II)


Que dijera Rubalcaba



Transparencias (II) CARLOS MIGUEL MARTÍNEZ

Fundador del grupo La Colmena

Cómo servirse de la mentira

Por Pedro Taracena Gil

España tiene su particular forma histórica de participar  en estos eventos. No en balde nuestro pasado es diferente al resto de Europa. Para mejor  comprender el presente es imprescindible conocer la verdad de nuestro pasado. Václav Havel en su libro El poder de los sin poder, hace una reflexión que es difícil eludir si se tiene vocación de buscar la verdad: Ante la manipulación de la realidad está la frontera más allá de la cual “la vida en la verdad” deja de ser “sólo” negación de la “vida en la mentira” y comienza a brotar algo que se podría llamar “vida independiente espiritual, social y política de la sociedad”. Como expresión articulada de la “vida en la verdad”, por tanto la aspiración de servir a la verdad como coherencia y decisión. Según Václav Havel, la “vida en la verdad” es el punto de partida de cualquier esfuerzo del hombre para resistir a la presión alienante del sistema, y la aptitud adecuada del “disidente”. El pueblo debe de estar en alerta permanente, porque para algunos, la política es el arte de engañar.
En España están abiertos los dos frentes de lucha históricos, aunque adaptados y con otros nombres: La clase trabajadora está homologada en la sociedad mesocrática. Los empresarios han reemplazados a los caciques explotadores del obrero. Las fuerzas políticas conservadores en el poder desprestigian los sindicatos. Los socialistas cuando llegaron al Gobierno, repelen salir en la foto con los sindicatos. Ahora el pueblo está en la calle: Los estudiantes, los jubilados, los trabajadores de la educación y sanidad públicas. Los sindicatos. Las víctimas del franquismo. Y el movimiento 15-M. Los medios de comunicación sin excepción, están a favor del conservadurismo más rancio. Los treinta y cinco, más o menos, tertulianos, analistas, observadores, etc. como se les quiera llamar, que se disputan todas las sillas de los debates de radio y televisión, son lobos de la misma camada. Los diferentes escaparates mediáticos ceden a sus colaboradores para que hagan publicidad ideológica del medio que representan. Tan pronto como el tertuliano de turno toma la palabra, aparece un subtítulo que anuncia de qué medio viene, entonces, es fácil adivinar la opinión que tiene sobre el tema tratado. Todos constituyen opiniones que son variaciones del mismo tema. Son un reflejo de la actividad parlamentaria, aunque sin aportan ningún plus. Con la desaparición del diario Público, toda la prensa está homologada con el Partico Popular. Los políticos de izquierda y los periodistas que en su día abrazaron con ardor democrático la Transición, quedaron inmunizados para hacer cualquier crítica a la misma y participan en la amnesia que otorga inmunidad al franquismo, como si el tema de la Memoria Histórica hubiera entrado en el pacto constitucional. En esta trancha de políticos y tertulianos entran muchos socialistas, El País, El Mundo y la SER.
Volviendo al tema de los dos frentes, el pueblo está en la calle y para la policía es el “enemigo”. En paralelo se ha presentado la lucha de los pancarteros. Para los populares, no exentos de hipocresía, los socialistas lejos de asistir a las manifestaciones, deben de adherirse a su política de exterminio de los derechos de los trabajadores. Y los socialistas, después del divorcio con su sindicato, decidieron tímidamente protestar en la calle contra la reforma laboral. Cuando los socialistas han estado en el Gobierno tampoco han llevado a cabo políticas que no fueran políticamente correctas, para no molestar mucho a la derecha y a la Iglesia. Volviendo a la prensa escrita, una vez que Público ha sido barrido del espectro mediático, sólo queda la prensa que a sus promotores interesa financiar para su presión y publicidad ideológica. A pesar de que su venta disminuya en los kioscos, el caudal financiero cubrirá los objetivos de proselitismo y adoctrinamiento político totalmente sesgado. ABC, El Mundo, La Razón, Incluyendo los medios que ingresan suculentos beneficios en connivencia con los proxenetas de la prostitución. Donde brilla con luz propia el Grupo Prisa. Después de haber mantenido un maridaje perverso entre Cebrián y González, ha pasado a caer en manos de un especulador yanqui, aunque no fueron transparentes al presentar al nuevo propietario.
El Gobierno, el poder absoluto del Parlamento, las mayorías absolutas de la Comunidades Autónomas, los Tribunales de Justicia, constituyen este poder tiránico contra el pueblo. Aunque este poder que ostentan provenga del pueblo, al cual ahora quieren salvar, la situación viciada nos lleva a la gran paradoja. Un partido de origen franquista represor de la clase obrera, ahora se presente como el partido de los trabajadores, con ínfula de salvador de los parados.  Me recuerda cuando de niños nos decían que nos castigaban por nuestro bien, aunque no lo entendiéramos. ¿Cabe mayor embuste?
El final de esta carrera hacia la extenuación del pueblo físicamente por el hambre y políticamente extirpandos sus derechos laborales, no es difícil de adivinar: Concluiremos el año 2012, cerca de 6 millones de parados. Esta cifra se acelera vertiginosamente a través del arma más eficaz que jamás se haya  apuesto en manos de un empresario. El despido libre que tanto reclamaban. El consumo disminuye porque hay menos gente con dinero disponible. Los emprendedores a quienes se les atribuía la salvación de la pequeña y mediana empresa, no son tales por dos motivos: No tiene preparación como para innovar el tejido de este sector y tampoco credibilidad de los bancos como para darles crédito. Las grandes empresas invertirán en las filiales fuera de España. Y los grandes capitales seguirán en los paraísos fiscales. La economía sumergida, la lucha por el fraude fiscal y la lucha contra la corrupción, constituyen un buen colchón para salvar la cara del Gobierno. No puede tirar cantos a su propio tejado. A los empresarios todo el poder. A los trabajadores ni el pan ni la sal. Aunque El PP sea el partido de los trabajadores y Rajoy el caudillo salvador de los parados. La gente continuaremos en la calle. El pueblo seguirá entregando el poder absoluto a los secuaces de Rajoy, que también los son de Aznar, Fraga y del mismo Franco. Todos, e incluyendo a los anestesiados por la Transición, están anclados en “la vida en la mentira”.  Es el pueblo el que sufre las consecuencias de sus embustes, porque el pueblo está abrazado a “la vida en la verdad”. Y nuestra respuesta debe ser colectiva pero  descubriendo dónde estamos a nivel individual.

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