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viernes, 24 de agosto de 2012

LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS DEL SIGLO XXI


Fulvio Roiter 1953

Hay signos suficientes para hacer saltar todas las alarmas, pero los políticos, los banqueros, los empresarios, la Iglesia y la tiránica terquedad de la Unión Europea, se han puesto el bozal en las orejas que deberían de llevar en los hocicos como las bestias, para seguir sin escuchar el clamor de los cuatro jinetes del apocalipsis del siglo XXI.

Por Pedro Taracena Gil
La sociedad actual vive la gran paradoja de haber alcanzado cotas de progreso inimaginables hace tan solo varias décadas, mientras se desboca hacia un apocalipsis que de ninguna forma será el fin bíblico, sino el tránsito hacia una nueva sociedad que aún está por inventar. El capitalismo ha llegado a un salvajismo total que se ha consumado hasta las últimas consecuencias “la explotación del hombre por el hombre”, imperando sin límites “la ley del más fuerte”. No es demagogia denunciar estos extremos y tampoco  una utopía anhelar un mundo más justo. Hay sociedades que han impulsado doctrinas donde la codicia de unos pocos ha sido subyugada por el poder democrático del pueblo.
El espectro europeo, contexto donde nos movemos, está en manos del poder del capital y de la religión. Este perverso binomio atenaza al ser humano en lo económico, social y personal, aunque la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en 1948, dicte una política contraria a los usureros, especuladores, explotadores y a los predicadores que manipulan la conciencia de los hombres para hacerles víctimas de su tiranía.
Los  nuevos Jinetes del Apocalipsis ya no son: el anticristo, la guerra, el hambre y la muerte, aunque sin salirse de los designios bíblicos de la vetusta católica España, las consecuencias son las mismas y las mismas sus víctimas. El poder putrefacto cabalga sobre cuatro caballos dejando crímenes por doquier contra la población inocente. La usura y el robo les han llevado a despojar al ciudadano de su único patrimonio, el trabajo. Han creado “el paro”, causa de desesperación. Sin crecimiento económico, aumenta la deuda del Estado y de las familias; provocando “el desahucio” de sus viviendas por impagos. “La depresión” no atrapa solamente a la economía sino que hace enfermar a las personas presas del pánico que las hace más vulnerables al despotismo dictatorial del corrupto poder económico. Las víctimas son niños, jóvenes y gente mayor. Generaciones completas perdidas.
Estas variables en la España del franquismo y del nacionalcatolicismo, sí tienen su interpretación bajo cánones teológicos. El “anticristo” jinete bíblico, sería la hipocresía farisaica de una religión empeñada en estar unida a perpetuidad con el poder para masacrar al pueblo: golpe de estado, guerra civil, dictadura, transición y democrática, siempre disfrutando de los benéficos que obtiene de la eterna alianza trono altar. Anticristo porque es el adefesio o espantapájaros que no es lo que representa; provocando miedo para mejor dominar las conciencias. Las miserias que estamos viviendo los españoles de paro, desahucio y depresión, son la versión actual de los personajes de San Juan en su Apocalipsis: El anticristo está formado por la clase política y religiosa. La guerra está declarada por la lucha de clases, capital y trabajadores. El hambre ya ha hecho su presencia sin que haya el más mínimo atisbo de justicia. Y la muerte está más cerca ante la desatención generalizada de la salud de la población.
Hay signos suficientes para hacer saltar todas las alarmas, pero los políticos, los banqueros, los empresarios, la Iglesia y la tiránica terquedad de la Unión Europea, se han puesto el bozal en las orejas que deberían de llevar en los hocicos como las bestias, para seguir sin escuchar el clamor de los cuatro jinetes del apocalipsis del siglo XXI.



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