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domingo, 25 de noviembre de 2012

LA AVERSIÓN CONTRA CATALUNYA

Por Pedro Taracena Gil


Aversión,-

“Rechazo o repugnancia frente a alguien o algo”

Mi opinión particular de esta realidad arraigada entre los españoles con más de un siglo de solera, tiene dos puestos de observación, Madrid y Barcelona. Es decir, que he contemplado lo que en Madrid se opinaba de los catalanes; arrogándose desde el centralismo la representación de todos los españoles, pero también he comprobado viviendo en la Ciudad Condal, el antagonismo al centralismo; provocando rechazo y resentimiento. Sería injusto y frívolo atribuir esta rivalidad a la propia naturaleza de los habitantes en Catalunya y en el resto de España. No. Las causas hay que buscarlas en la historia y en la política. Pero sobre todo a partir de la II república que nos hace entender mejor el problema por ser contemporáneo a nuestros días. Implantada la República y leyendo los avatares de la discusión autonómica, son los mismos que ocurrieron tanto en el debate del Estatut en su elaboración primaria como en su última revisión. El golpe de estado que derrocó el régimen republicano, que también dio al traste con la incipiente autonomía de Catalunya, impuso una férrea dictadura en todo el estado, donde los lemas fueron muy elocuentes: España se convertía en “Una Grande y Libre”. “Franco Caudillo de España por la Gracia de Dios”, “La Cruzada de Liberación Nacional”, “Caídos por Dios y por España”, y arrogándose los atributos y las glorias del “Imperio hacia Dios”. Como era de esperar los catalanes sufrieron durante la dictadura del general Franco una doble represión. Como españoles y como catalanes. Se propuso extirpar toda señal de identidad del pueblo catalán. Mientras aquellos españoles que había aprendido a hablar en la lengua materna, se les obligaba a rezar y cantar el Cara al sol en castellano, en Catalunya, los españoles que habían aprendido a hablar en la lengua de la madre les había parido, ahora esa lengua estaba secuestrada en las catacumbas de la unidad nacional, y lejos de poder expresarse en catalán, debían de rezar y cantar en Cara al sol en un alengua impuesta. Su cultura y su lengua fueron secuestradas en las catacumbas y tuvo que ser el Rey de España, cuarenta años más tarde, quien les dijera que: “Catalunya pot aportar a aquesta gran tasca comuna una contribució essencial i que no té preu. L'afecció dels catalans a la llibertat és llegendária, i sovint ha estat fins i tot heroica”.
A partir de ese momento la inercia de los herederos legítimos del franquismo, sobre todo en Madrid han cultivado con éxito la aversión contra Catalunya. Si despojamos del aditamento político el antagonismo entre Madrid y Barcelona, nos encontraremos con la revalidad de los aficionados entre el Real Madrid y el Barça y poco más. Pero la opinión pública amañada por los poderosos medios de comunicación que apoyan a la derecha franquista consiguen un resultado favorable a sus políticas. Por eso resulta tan patentico que los franquistas digan ahora: “Catalunya t’estimo”. En mi experiencia he podido constatar que en Catalunya se discierne mejor entre el centralismo de los franquistas del Partido Popular y los madrileños. Sin embargo en Madrid está más generalizado el hacer un “totum revolutum” de todo lo que viene de allende Los Monegros. No obstante, a pesar de Franco, Fraga, Aznar y Rajoy, los españoles viajan por todas partes por razones de trabajo, turismo, vacaciones y sobre todo la juventud, y va comprobando a través de sus propias experiencias lo maravilloso y acogedor que es Madrid y lo que un madrileño puede disfrutar de las cualidades de Catalunya. Los asuntos de la política deben de quedar en el campo de la política y la relación entre los seres humanos jamás salir del humanismo. Por qué no celebrar el triunfo del La Roja con un buen cava.

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