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viernes, 24 de octubre de 2014

ESPAÑA SIGUE SIENDO DIFERENTE

(Ensayo sobre una peculiaridad)



Por Pedro Taracena

HEMEROTECA

Aitor R. E. es el primer condenado en España por difundir ideas que niegan el genocidio a través de internet. Una juez de Barcelona le ha condenado hoy a dos años de prisión, después de que el acusado aceptara el delito, lo que ha supuesto una sentencia de dos años, frente a los cuatro que le reclamaba el fiscal. Aitor R., según la acusación, gestionaba dos webs desde las que difundía la ideología nacionalsocialista e «ideas y comportamientos claramente antisemitas y racistas», defendiendo la necesidad de instaurar el régimen del Tercer Reich. 

El régimen que España padeció desde 1939 a 1978 fue una sangrienta dictadura responsable de un genocidio que estuvo planeado desde la tarde del 17 de julio de 1936 y consumando hasta 1975. Esta ausencia del Estado de Derecho se ha enmascarado de muchas formas: Alzamiento Nacional, Santa Cruzada de Liberación, Democracia Orgánica, Movimiento Nacional, Todo ello al servicio del lema de: ESPAÑA, UNA GRANDE Y LIBRE. Falange Española, las Fuerzas Armadas, la Iglesia y el Capital, sin olvidar los Caciques, fueron capitaneados por el invicto Caudillo de España, que lo fue por la Gracia de Dios. 




Con la muerte del dictador se instauró la Corona de España sobre las sienes del Príncipe de España, que no de Asturias, Juan Carlos de Borbón y Borbón. Según lo había prescrito y establecido el general Franco. Lejos de condenar la dictadura, por obra y gracia del consenso, palabra hasta entonces ignorada por el vulgo, la Constitución Española ignoró en su articulado el régimen despótico y dictatorial ausente de toda legitimidad; dejando impune los crímenes de lesa humanidad cometidos bajo su perversa legalidad.




Desde 1978 hasta nuestros días los neofranquistas han compartido hato y merienda en las mismas alforjas, con los demócratas venidos de la clandestinidad y el exilio. Como era de esperar la conversión súbita de la dictadura a la democracia, ha resultado una farsa obvia, evidente y constatable. Ahora gobiernan España los mismos que en la dictadura, donde hacer apología del genocidio franquista no se contempla como delito, porque la legalidad franquista transmutó por obra y gracia de la Santa Transición, de una terrible dictadura en una serenísima democracia monárquica como si lo fuere de toda la vida.



Este brevísimo ensayo solamente pretende dar algunas pinceladas de veracidad, para demostrar que el slogan de la época del flamante ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, de que España era diferente, sigue en vigor. Para más señas de identidad de la transición del caudillaje franquista a la democracia tutelada por los mismos secuaces del sátrapa, Fraga fue el fundador de una franquista Alianza Popular convertida en partido político y más tarde cambiada de nombre, surgiendo el Partido Popular. Esta dinastía despótica tiene vocación de perpetuarse: Franco, Fraga, Aznar, Rajoy… Y en paralelo: Francisco Franco y Don Juan de Borbón, que los dos apoyaron el golpe de estado que derrocó la República, convinieron  restaurar el Reino de España e instaurar la Corona en la persona del nieto de Alfonso XIII, Juan Carlos I. No olvidemos que Franco disponía de un Consejo del Reino y que a su muerte, ocupó la sede vacante el Consejo de Regencia. Franco utilizó a Falange Española y de la JONS,  versión española del fascismo imperante en Europa, para implantar una dictadura y un estado confesional. También se hizo llamar Caudillo de España.





En nuestro entorno europeo, evidentemente la historia se escribió de otra forma:
En Francia, uno de los documentos fundamentales de la Revolución francesa  en cuanto a definir los derechos personales y colectivos como universales, fue La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada por la  Asamblea Nacional Constituyente el 26 de agosto de 1789, influenciada por la doctrina de los derechos naturales. Los Derechos del Hombre se entienden como universales, válidos en todo momento y pertenecientes a la naturaleza humana. Después de la Revolución Francesa ya nada fue igual; prevaleciendo los valores de la República que tuvieron repercusión universal.





Alemania, con el fin de la 2ª Guerra Mundial fue liberada del nazismo. El saldo fue 55 millones de muertos y un continente sepultado bajo escombros en una de las mayores catástrofes de la humanidad. El holocausto fue un genocidio de tal magnitud que su negación supone un delito y hacer apología del nazismo está penado por la ley. Adolf Hitler fundó el nacionalsocialismo, denominado de forma más popular como Nazismo, y se hizo llamar como el Führer. 




Siguiendo con nuestro entorno histórico y geográfico, el 25 de abril de 1974, un alzamiento militar incruento puso fin en Portugal al régimen dictatorial conocido como Estado Novo, fundado en 1932 por Antonio de Oliveira Salazar. El general António de Spínola se convirtió en presidente de una Junta de Salvación Nacional encargada de llevar la democracia al país. Una consecuencia del final de la dictadura sería la independencia de las últimas colonias portuguesas en África. La nueva república portuguesa no se edificó con los escombros de la dictadura salazarista.





Sin salir del Mediterráneo, el 8 de diciembre de 1974 se celebró en Grecia el referéndum sobre la Monarquía. Su convocatoria fue una de las primeras decisiones del Gobierno de Constantinos Caramanlis, que había ganado el 17 de noviembre del mismo año las primeras elecciones generales celebradas en Grecia desde 1964. La campaña del referéndum fue libre y políticamente neutral. El rey Constantino se dirigió al país por televisión, desde Londres, en dos ocasiones, y admitió que había cometido en el pasado errores políticos y que respetaría el resultado de la votación. El 13 de diciembre de 1967, tras protagonizar un contragolpe militar contra los coroneles, Constantino huyó a Roma. Grecia salió de una dictadura militar y en lugar  de restaurar la monarquía, el pueblo eligió vivir en una República.






España es el único país del mundo civilizado en el cual se ha dado un golpe de estado contra una República legítimamente constituida, se ha justificado una guerra civil de tres años, una dictadura de treinta y nueve años y una democracia de treinta y seis años. No obstante, lejos de cerrar heridas se han abierto más y la reconciliación nacional es una quimera por resolver. Una aparte de la Constitución ha quedado obsoleta y la otra ha sido fosilizada por los herederos de la dictadura. España ha traicionado a las víctimas del genocidio franquista y está sufriendo una amnesia frente a su propia Memoria Histórica. Las autoridades venidas de la dictadura hacen apología de los crímenes de la dictadura y a los díscolos y discrepantes con sus criterios sobre el terrorismo, les aplican el artículo que condena la incitación al odio y a la violencia. España es diferente, pero no por mucho tiempo…

sábado, 18 de octubre de 2014

CRÍMENES

Por Pedro Taracena


Pintura de José Ignacio Moreno

La palabra crimen nos asusta, nos indigna y nos sobrecoge. El diccionario de la Real Academia Española presenta tres acepciones principalmente: delito grave, acción indebida o reprensible y acción voluntaria de matar o herir gravemente a alguien. Es evidente que esta última acepción es la que se identifica directamente con el homicidio o el asesinato. Hay otros crímenes que se presentan con un apelativo que son variantes de una misma realidad: crímenes de lesa humanidad, de lesa majestad, crímenes de guerra y yo añado de mi consideración personal, crímenes legales cometidos en tiempos de paz. Hay crímenes que aunque  no están tipificados como tales en la letra de la ley, la sociedad, sí, discierne la conducta criminal. No en balde la justicia emana del pueblo que los percibe como tales. Artículo 117 de la Constitución Española.

La lectura de los artículos de nuestra Carta Magma, se convierte en una buena consejera para tomar conciencia de los abusos y atropellos, que el poder legalmente constituido comete contra el pueblo. Cuando la legislación siendo legal es injusta, produce efectos nocivos.  Una norma restrictiva de derechos sancionada en una ley, aunque de entrada esté revestida de buena voluntad, el legislador sabe que va a perjudicar al más débil. Este comportamiento es perverso, inmoral y tiene consecuencias criminales. Aunque el Gobierno como máximo responsable de este comportamiento esté aforado y no se le pueda acusar de presunto criminal, los efectos observables en las víctimas ocasionadas, sí, constituyen conductas y hechos de consecuencias criminales. Esto puede ser políticamente incorrecto pero no elude una realidad del pueblo indefenso, que se le priva del derecho de llamar a las cosas por su nombre. Al margen de la tipificación conceptual de la justicia.

La sociedad española está contemplando de forma pacífica pero muy indignada, los atropellos que están destruyendo el Estado el Bienestar. Es evidente que han creado una gran desigualdad entre los españoles: el paro, la educación cercenada, los recortes en investigación y en becas, han frustrado a toda una generación. Se ha protegido el interés del capital en detrimento de los más débiles y se ha dejado sin efecto el principio de universalidad de la Sanidad Pública, con clara vocación de llegar a su privatización. Y sobre todo han reducido las dotaciones para la dependencia. Todas estas normas legales han ocasionado efectos criminales. Sí, crímenes legales cometidos contra la sociedad española: El hambre sobre todo de niños. Desahucios de gente desvalida echada con violencia a la calle bajo una orden judicial. Deficiencias en las urgencias hospitalarias provocando agravamientos y hasta la muerte prematura. Todo constituye un error político legalizado con consecuencias nefastas. El austericidio, hablando con más propiedad, austeridad homicida, ha resultado ser un crimen contra la humanidad. Aunque el PP no tenga otra respuesta que calificar esta realidad de demagogia y populismo, para quieres denunciamos sus políticas perversas e inmorales, el paro, la muerte, los desahucios, el hambre, la pobreza y la desigualdad, siguen siendo crímenes legales. 


LA MADRASTRA


Por Pedro Taracena



Pintura realizada por José Ignacio Moreno

La podredumbre crece por doquier en España. Aquello de algo huele a podrido en el reino de Dinamarca, ya no tiene cabida en nuestro reino, porque ese “algo” se ha convertido en la totalidad de las instituciones. Sí, todas las instituciones y todos los servidores públicos por acción u omisión, han estado al servicio de la opacidad y la corrupción. En los años de bonanza se ha expoliado todo lo que fuera público para escarnio del pueblo. La ingeniería legal está diseñada para que la presunción de inocencia se alíe con la prescripción de los delitos y las causas judiciales se eternicen por la intervención de los caciques. Los delincuentes de guante blanco tardan más en ir a la cárcel. Y se está contemplando que aunque haya jueces que su valentía les está llevando a intentar salvar España, siempre hay alguna instancia que dilata los plazos siempre a favor del que se cree que la cárcel es para los vasallos de baja estirpe.

La Transición fue una farsa y los que hicieron la transición y los que mirando a otro lado, les seguimos y votamos, somos, queramos a no, La Casta. La Constitución Española ya no responde a la España del siglo XXI. Fue dictada y tutelada por el  franquismo que siempre tuvo vocación de perpetuarse.

La situación actual con Cataluña y el País Vasco, históricamente reivindicativos, de su emancipación de la madre patria, que más que madre ha demostrado ser madrasta, está siendo gestionada por un Gobierno que reivindica cumplir la ley y la Constitución, cuando el Partido Popular ha fosilizado la Carta Magna y el inmovilismo parco, terco y torpe de Rajoy nos lleva al abismo del no y de la nada. Con un panorama donde La Casta está en descomposición, el bipartidismo ya ha hecho todo el mal de que era capaz en España, el movimiento 15-M se está materializando en opción política organizada y la izquierda toma conciencia de que debe de abandonar su permanente pacto con los franquistas, ha llegado la hora de abrir un espacio, sino constituyente, sí, para la actualización de la Constitución. En el siglo XXI ya sin la amenaza del franquismo de la transición, de los militares y los obispos, otro escenario es posible. El inmovilismo interesado de los franquistas del Partido Popular nos lleva a radicalizar las posturas y emponzoñar las diversas crisis que atañen a España.

sábado, 11 de octubre de 2014

INSULTO PERMANENTE DEL PARTIDO POPULAR A LOS CIUDADANOS


Por Pedro Taracena



El consejero de Salud de Madrid: "Si tengo que dimitir por el ébola, dimitiré; tengo la vida resuelta"  Javier Rodríguez

¿Qué prudentes somos mordiéndonos la lengua ante estos agravios? La derecha franquista, así como los prelados, sin olvidar a los empresarios, han saltado todas las líneas rojas de la vergüenza, la moral y el respeto a los ciudadanos. Insultan por doquier y se encubren los unos a los otros, vitoreados por los medios de comunicación, secuaces del poder económico y caciquil.
Si alguien osa recriminar al ejemplar que en la Comunidad de Madrid ostenta el puesto de servidor del pueblo en la Consejería de Sanidad, sobre el exabrupto miserable  sobre la enfermera infectada, su respuesta ya está prevista en el Manual del PP: La frase "Si tengo que dimitir por el ébola, dimitiré; tengo la vida resuelta", se ha sacado de contexto o quizás no haya sido muy afortunada. Y se acabó.
Un periodista atrevido e independiente podría pedir explicaciones para aclarar el contexto y luego determinar si las declaraciones no llegan a ser desafortunadas o por el contrario son motivos de su propia dimisión.
Pero este excelso caballero, puede ser que estuviera hablando de la gripe aviar y la frase en cuestión no se refería al ébola, sino a las estadísticas veterinarias, más concretamente a las aves sacrificadas. Y de dimitir nada porque tiene el apoyo de su clan, de su mafia o de su casta. Todo un ejemplar de ejemplo ejemplarizante para ejemplaridad de la ministra Mato y su corte de inútiles y chulescos faltones.

miércoles, 8 de octubre de 2014

CARENCIAS, INEFICACIAS Y FALTA DE LIDERAZGO

La situación derivada del contagio por ébola muestra carencias, ineficiencias y falta de liderazgo.

Foto: José Luis López Rodríguez

Mientras no hay circulación, los planes de prevención de accidentes deben estar patentes, de igual forma que cuando la carretera alcanza su máxima circulación. A esto se le viene denominando seguridad vial y asistencia en carretera.

Por Isidoro Gracia

Exdiputado

Los principales  hechos negativos no se sitúan en el terreno sanitario, sino en las respuestas de los gobiernos y la economía.
Durante más de un lustro ejercí como técnico superior de prevención de riesgos laborales, coordinador en la elaboración de planes de emergencia y responsable de las respuestas técnicas y de ingeniería, a dar a los problemas que detectaban el análisis previo, los ensayos y simulacros programados y, por último,  la praxis diaria, así como los imprevistos que inevitablemente surgían, a pesar de todos los esfuerzos y medios puestos sobre la mesa, por la empresa en que prestaba mis  servicios profesionales. Esa experiencia me permite aproximarme al confuso panorama que una cadena de decisiones, y quizá más aún la ausencia de otras, nos está abocando.
Como es sabido, incluso a través de cursillos elementales, la evaluación de los niveles de los riesgos se valora con dos entradas, una la posibilidad de que algo suceda (baja, media, alta, muy alta) y dos, las posibles consecuencias (leves, importantes, graves, muy graves), la respuesta se gradúa en base a esa evaluación, llegando a paralizar las actividades que alcanzan un cierto nivel, hasta que se corrijan o aminoren las circunstancias. Parece muy evidente que las  autoridades con competencias en el tema no realizaron una evaluación, específica para España, limitándose, en el mejor de los casos (también surgen dudas al respecto) a recoger lo que la OMS ha publicado, lo que también exigiría una adecuada “traducción” a las circunstancias concretas.
Respecto a los Planes de Emergencia, exigibles incluso para muchas de las actividades en las que el número de personas involucradas es elevado, o que existen experiencias de accidentes de cierta gravedad en centros similares (centrales energéticas, centros comerciales, fábricas, hoteles, etc.), no basta con poner carteles informativos y dotar de medios (por ejemplo contra incendios), Lo más importante es que se establece, claramente, quien es el máximo responsable para tomar decisiones, que una vez se da la alarma tienen que obedecer incluso los directores, que jerárquicamente están por encima de él en el organigrama, quien forma parte de los distintos equipos, desde los de primera intervención, a quienes se les da formación específica.
Para comprobar que las cosas van a funcionar, y para pasar una información general, que a la vez forma de manera eficaz, se programan ensayos y simulacros en los que de forma muy controlada se verifica que es lo que es válido y lo que hay que mejorar.
La evaluación, los planes de actuación derivados de ella, la elaboración de los Planes de Emergencia, la formación y los ensayos, cuestan dinero y trabajo, pero cuando llega, que siempre llega, una situación de dificultad, todo el gasto se amortiza a la primera.
Pongamos esta elemental descripción sobre los siguientes hechos: decisión consciente de importar el virus, reducción drástica y paulatina de la inversión previa en sanidad en general y en los centros de referencia en particular, dar por buenos los protocolos de actuación preexistentes y no ensayados, la formación, o no, de los equipos, y lo más importante: saber quien toma el liderazgo, quienes son los equipos que ya están fijados para intervenir y quien, y como, informa y simultáneamente forma al conjunto de los posibles afectados, en este caso todos los españoles, pero en especial a todas las autoridades y profesionales sanitarios.
Mi experiencia me aporta dos datos: haciendo las cosas regular conseguimos que centros con centenares de personas. y con nivel de riesgo relativamente alto, pasaron hasta dos años sin registrar un solo accidente con baja y todos los ensayos y simulacros terminaron con incidentes, que demandaron mejoras en los protocolos de actuación y cambio de algún responsable.
Conclusión, a la vista de lo sucedido,  en mi antigua empresa algún director, consejero ministro/a o presidente, obtendría una mala evaluación anual y sufriría alguna consecuencia.
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miércoles, 1 de octubre de 2014

ESPAÑA: UNA GRANDE Y LIBRE

Por Pedro Taracena



Artículo 2 de la Constitución Española (1978)
“La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades (*) y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.
El contenido del artículo 2 está relacionado con el artículo 8 donde recuerda que: “Las Fuerzas Armadas tienen como misión garantizar la independencia y soberanía de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.





Artículo 1 de la Constitución de la República Española (1931)
La República constituye un Estado integral compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones.

Es fácil constatar que el contenido del artículo 2 y parte del artículo 8, es una cuña irremediablemente franquista, más aún, militarista si hablamos con propiedad. Mientras la Constitución republicana únicamente utiliza la palabra integral, la Constitución monárquica plasma cuatro vocablos, todos al cual más evocador del lema del Caudillo de España que lo fue por la Gracia de Dios: España: Una, Grande y libre. Introducir en el texto constitucional el concepto de unidad, nación y patria, de forma exclusiva y excluyente es un despropósito. Los franquistas y los militares dejaron reflejada en la Carta Magna su vocación continuista, imponiendo ante las exigencias nacionales periféricas el término ambiguo, improvisado y convencional de nacionalidad (*).





La unidad nunca puede ser un fundamento absoluto en sí misma y menos decretar que esa unidad corresponda a una patria y una nación. El concepto unidad hubiera sido más válido si se le añade la palabra diversidad. El concepto nación tiene mucha relación con las emociones y los sentimientos, y la palabra patria se mueve en el romanticismo épico del ardor guerrero. Encorsetar en el texto constitucional que todo el territorio que llamamos España, deba de ser una unidad granítica, es simplemente una mentira. Y negarse a reconocer que España está constituida por diversas sensibilidades nacionales, es tener reminiscencias franquistas. El nacionalismo español negó y persiguió que  los españoles formamos desde tiempos pasados un rico mosaico de naciones. Somos una nación de naciones.  El Tribunal Constitucional retiró del Estatut de Catalunya el valor jurídico de la Nació Catalana, con ello demostró su vínculo con el pasado franquista, y su ignorancia de lo que es un sentimiento de pertenecer a una nación, una lengua materna, un arraigo histórico y para no pocos  ciudadanos de España una patria. Todas estas magnitudes no se pueden medir y mucho menos encorsetar en una Constitución, que sólo debe de entender de derechos y deberes. El sentimiento de ser o no ser  español no lo otorga la Constitución. La nacionalidad constitucional es un derecho legítimo y legal o por conveniencia, que nada tiene que ver con un sentimiento. Referente a la unidad patria, tampoco se impone por mucho que los Reyes Católicos unificaran España. Si a esa amalgama de realidades no reconocemos una diversidad, esa unidad sólo sirve para complacer al franquismo más recalcitrante.





España vive en estos días unos momentos convulsos por muchos motivos: La ineptitud del Gobierno ante la situación catalana, la corrupción sistémica y generalizada de las instituciones y de la clase política, todo ello agravado por la crisis económica donde solamente el pueblo es el pagano de un delito que no ha cometido: Paro, hambre, desahucios, pobreza y muerte… El perverso y delictivo inmovilismo de Rajoy está esperando a ver si  con la ley en forma de mazo, aplasta a una parte del pueblo que quiere que se siente a dialogar convocando a todas las instituciones en busca de un pacto de Estado. La Constitución fue tutelada por el franquismo y el ejército, pero ya su texto no responde a las exigencias de los españoles del siglo XXI. Los partidos políticos tienen que renunciar a la nada modélica Transición porque ya se ha demostrado que la reconciliación entre los españoles no ha sido posible. Los pasos que puedan dar el Tribunal Constitucional y el resto de las instituciones, incluyendo a los jueces, están contaminados de los vicios y perversiones de la dictadura…





Es de esperar que Rajoy llevado de su perfil parco, torpe y terco, no caiga en la tentación de resolver este conflicto político por vía judicial y policial, porque no resolvería absolutamente nada y la quiebra social tendría resultados irreparables. Es un escenario difícil de imaginar pero muy verosímil con el inquilino de la Moncloa…





(*) nacionalidad.
1. f. Condición y carácter peculiar de los pueblos y habitantes de una nación.
2. f. Estado propio de la persona nacida o naturalizada en una nación.
3. f. Esp. Comunidad autónoma a la que, en su Estatuto, se le reconoce una especial identidad histórica y cultural.
4. f. Esp. Denominación oficial de algunas comunidades autónomas españolas.
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Es evidente que las acepciones 3 y 4 son una adaptación de la semántica que convencionalmente se determinó para el uso político y constitucional, genuinamente español.



GUERNICA

Pablo Picasso