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miércoles, 27 de mayo de 2015

RADICAL

EL PODER DE LOS SIN PODER


Por Pedro Taracena



Foto: Pedro Taracena Gil

El vocablo RADICAL tiene según la Real Academia Española diez acepciones de diversa naturaleza. Entre todas ellas la cuarta dice: extremoso, tajante, intransigente. Hay países como Italia y Grecia que este término es utilizado como calificativo de una denominación política. Que en este caso la cuarta acepción no les otorga un aspecto peyorativo o negativo. El ser extremoso, tajante o intransigente, en el caso de una organización política constitucional, estos epítetos tienen como objetivo alcanzar tolerancia cero siempre que estén en peligro los valores como la libertad, la democracia y la justicia. De otro modo no podrían estar en la posición de salida en unas elecciones de un país democrático. Y la tercera de las acepciones apostilla: Partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático. Pero el colofón se lo otorga la primera de las acepciones: Perteneciente o relativo a la raíz. Tergiversar el término radical, para que se refiera a extremista, anti sistema, demagogo o populista, es quedar en ridículo ante su significado etimológico, en su expresión democrática y cultural. Y más pueril todavía si la palabra radical se le atribuye de forma calumniosa, insultante y como embuste. 
¿A ningún medio de comunicación se le ha ocurrido aclarar esta elemental semántica?

Aportaciones gramaticales para no hacer el ridículo.

RADICAL:

1. Perteneciente o relativo a la raíz.

2. Fundamental, de raíz.

3. Partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático. 

4. Extremoso, tajante, intransigente.

5. Dicho de cualquier parte de una planta: Que nace inmediatamente de la raíz. 

6. Perteneciente o relativo a las de las palabras.

7. Se dice de cada uno de los fonemas que constituyen el radical de una palabra.

8. Se dice del signo (√) con que se indica la operación de extraer raíces. 

9. Conjunto de fonemas que comparten vocablos de una misma familia.

10. Agrupamiento de átomos que interviene como una unidad en un compuesto químico y pasa inalterado de unas combinaciones a otras.

El Movimiento 15-M, Las Mareas  de todos los colores y Podemos, no son fuerzas políticas que destruyan el orden constitucional. Y lo saben los franquistas del Partido Polular, el Partido Socialista Obrero Español, y el resto de los partidos. Más aún, lo saben también los bancos, las organizaciones empresariales, los caciques. los obispos y la Unión Europea. Pero a todos ellos les interesa sembrar el pánico para manipular con mayor facilidad a la población. Mienten porque está instalado en la vida en la mentira como escribe Vaclav Havel en su libro El poder de los sin poder. 
Si realmente hubieran encontrado algún atisbo de destruir la Constitución Española de 1978, ya hubieran acudido en masa al Tribunal Constitucional para evitar esta amenaza...


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