Por
Pedro Taracena Gil
CRÍMENES,
CRÍMENES, CRÍMENES…
Sin lugar a
dudas el Día Internacional de la Mujer, es la efeméride que más
hipocresía y falsedad congrega. He reflexionado sobre esta
tradición farisaica y no seré yo
quien felicite a las mujeres por haber llegado un año
más al día de la gran farsa. Las albricias que se dedican a la mujer tanto
oficial como en privado, suponen un salvoconducto para persistir en la misma
perversión de la desigualdad y el machismo imperantes. El machismo es un vicio
provocado por los hombres y en no pocas ocasiones consentido o disimulado
por las mujeres. Aunque en estos casos la desigualdad es mayor
en prejuicio del sexo femenino.
Por mi
parte lejos de felicitar a las mujeres que me hacen feliz cada día, les pido
perdón por ser machista y haber sido cómplice del machismo. Aunque
evidentemente no soy un machista delictivo, sí me he aprovechado de las
ventajas que me proporciona la cultura machista. De igual forma que
los desahucios son crímenes legales, las desigualdades salariales son
crímenes legales cometidos por la dictadura y la
democracia. Llamemos a las cosas por su nombre...
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