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domingo, 22 de abril de 2018

EL JUEZ LLARENA EL LLANERO SOLITARIO






La tormenta perfecta

Llarena, déjalo ya porque según informaciones de última hora la Guardia Civil te habría ocultado los datos que demostrarían que no hubo malversación el 1-0. Zoido dice que de eso nada y que sí hubo malversación. Pura coordinación, vamos.
Llarena, déjalo ya porque el Partido Popular y el Gobierno de España están hasta las cejas de casos de corrupción. Un presidente del Gobierno capaz de enfrentar un problema de la gravedad y dimensión del catalán debería ser moralmente intachable y ética, estética y dialécticamente irreprochable. El 'caso Cifuentes' es la guinda del pastelazo todo.
Llarena, déjalo ya porque esta idea de España que se respira últimamente es -como alguien ha dicho acertadamente- muy del Capitán Alatriste. Sin quitarles ninguna responsabilidad a los independentistas por sus inmensos errores ni por sus pasos en falso, es cierto que la reacción del Estado resuena a los “novios de la muerte”. La tormenta perfecta e inacabable.
Xavier Sardá









LA JUDICALIZACIÓN DE LA POLÍTICA



Editor: Pedro Taracena Gil


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