5 de marzo de 2016
Los GAL que mancharon de cal
viva las manos de Felipe González
Ha habido sentencias y condenas judiciales, pero en el
PSOE todavía hay muchos dirigentes que consideran tabú realizar una mínima
autocrítica sobre el terrorismo del GAL organizado desde las cloacas de los
gobiernos de Felipe González (Julián
Carcaño Pareja)
Son muchos los políticos profesionales que
recurren al postureo e incluso a la impostura y, por regla general, se hacen
los ofendidos y dicen sentirse insultados cuando les espetan una verdad que les
incomoda. Y si esos políticos son dirigentes presentes o pasados de una
organización, serán muchas las voces que surjan hablando de insultos y ofensas
no sólo dirigidas a sus dirigentes sino también al conjunto de la organización.
Gritarán mucho, muy fuerte y en todos los medios de
comunicación contra el presunto ofensor con el objeto de no entrar en el
recuerdo ni en el fondo de la verdad evidente que no quieren reconocer. Y los
presuntos insultados estallan en insultos contra el presunto insultador.
Fue el caso de la afirmación “El presidente tiene que
ser una persona decente y usted no lo es” que le espetó Pedro Sánchez a Mariano
Rajoy en el debate televisivo del pasado 14 de diciembre y que tanto hizo
rasgarse las vestiduras a Rajoy y a todo el PP.
Pedro Sánchez tenía razón a la vista de toda la
corrupción y de toda la contabilidad B desarrollada por el Partido Popular bajo
el mandato de Rajoy. En cualquier otro país de Europa occidental sería
inconcebible un Presidente del Gobierno con tantas sombras y escándalos de
corrupción como Rajoy. Pero, naturalmente, ni Rajoy ni sus camaradas del
PP iban a reconocer su triste realidad y por ello prefirieron rasgarse las
vestiduras y mostrarse como insultados y ofendidos por Pedro Sánchez.
Con la afirmación “Felipe González tiene el pasado
manchado de cal viva”, realizada por Pablo Iglesias el 2 de marzo en el debate
de investidura, ha ocurrido algo similar a lo que ocurrió con la afirmación de
Pedro Sánchez sobre Mariano Rajoy. Diversos dirigentes del PSOE se hacen los
ofendidos y se consideran insultados por esa afirmación verdadera de Iglesias
sobre Felipe González.
Han pasado muchos años y ha habido sentencias y
condenas judiciales, pero en el PSOE todavía hay muchos dirigentes que
consideran tabú realizar una mínima autocrítica sobre la organización y
funcionamiento del terrorismo del GAL desde las cloacas del Estado en la época de
los gobiernos de Felipe González (1982-1996).
Los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) fueron
agrupaciones parapoliciales que practicaron lo que se ha denominado terrorismo
de Estado o ‘guerra sucia’ contra la organización terrorista Euskadi Ta Askatasuna
(ETA) y su entorno. Estuvieron activos entre 1983 y 1987, durante los primeros
años de los gobiernos de Felipe González. Durante el proceso judicial contra
esta organización fue probado que fue financiada por altos funcionarios del
Ministerio del Interior.
Los GAL fueron responsables de 27 asesinatos. Actuaron
principalmente en el País Vasco francés, aunque también llevaron a cabo
secuestros, torturas y delitos económicos en algunas zonas de España. Sus
atentados se dirigían contra militantes y simpatizantes de ETA, pero también
afectaron a personas que no tenían relación con el terrorismo, produciéndose
entre este colectivo 10 víctimas mortales.
El secuestro y posterior asesinato de José Antonio
Lasa y José Ignacio Zabala en octubre de 1983 y el secuestro de Segundo Marey
poco tiempo después marcaron el inicio de la actividad de los GAL. Estos
fueron unos hechos que manchan el pasado de Felipe González de cal viva:
El 15 de octubre de 1983 Lasa y Zabala fueron
secuestrados en Bayona (Francia) por miembros del GAL. Fueron retenidos en el
cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo. Siguiendo instrucciones del
general Galindo, los llevaron al palacio de La Cumbre, en San Sebastián, donde
fueron torturados. A la vista del estado en que quedaron, el general Galindo,
con el conocimiento del gobernador civil Julen Elgorriaga y del
teniente-coronel Ángel Vaquero, ordenó su asesinato y desaparición. Los
guardias civiles Enrique Dorado y Felipe Bayo les llevaron a Busot (Alicante),
cavaron una fosa, y el primero les disparó tres tiros en la cabeza. Después los
enterraron cubiertos con cal viva.
El 29 de julio de 1998, el Tribunal Supremo condenó al
Ministro del Interior José Barrionuevo y al Secretario de Estado para la
Seguridad Rafael Vera a 10 años de cárcel por el secuestro del ciudadano
francés Segundo Marey y por malversación de caudales públicos. También fueron
condenados el ex gobernador civil de Vizcaya Julián Sancristóbal -la sentencia
dice que Barrionuevo le autorizó a seguir con el secuestro de Marey-, los
comisarios Francisco Álvarez, Miguel Planchuelo y el ex inspector de policía
José Amedo y otros policías. También fue condenado El ex secretario general de
los socialistas vizcaínos Ricardo García Damborenea.
Como suele ocurrir cuando funcionan las cloacas del
Estado, la Justicia nunca llegó a despejar la incógnita del Sr. X de los GAL;
donde decía Pte se quiso interpretar pendiente en vez de Presidente. Ya lo dijo
el entonces Pte. González: “Ni hay pruebas ni las habrá”.
Parece que el ejemplo de tantos franquistas que
lograron enterrar su pasado político en cal viva sigue aún vivo en la España de
2016. Pero por mucha cal con la que algunos pretendan encubrir sus miserias y
por mucho que disimulen haciéndose los insultados, la verdad es la es, la diga
Iglesias o su porquero.
Julián Carcaño
Pareja (Los Verdes)
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